viernes, 20 de febrero de 2015

¿ES POSIBLE LA AMISTAD ENTRE SEXOS OPUESTOS?


Entre un hombre y una mujer: ¿es posible la amistad sincera sin buscar nada más?. Muchos piensan que no, que siempre acaba existiendo otro sentimiento muy distinto,  ya sea de deseo o de romance. Otros dicen que sí. Pero claro,  siempre y cuando  ninguno de los dos vaya  más allá  de una relación en donde sólo exista eso.  ¿Tú qué crees?.
Creo que sí puede haber una sincera amistad, como si se tratara de un hermano, pero…ayssssssssssss, todo depende de la pareja.

¿Cuántas veces no hemos dicho eso de “es sólo un amigo, no hay nada más que amistad”? pero voy más allá y os pregunto ¿qué pasa si al final se impone el instinto carnal? Estoy segura que si  uno de los dos comienza a sentir algo por la amiga/o  distinto a la amistad pura, al final  ese afecto se complica.
Mis amigas, entre bromas, me decían que para que no existiera esa atracción uno de los dos debía ser poco atractivo y así sí sería posible la amistad sin más. Otra, para rizar más el rizo, apuntaba que tan sólo la amistad entre un hombre gay y una mujer o un hombre y una lesbiana era posible.

Pero ¿es que no es posible ser sólo amigo/a sin que tengan que mezclarse sentimientos? ¿Qué es realmente la amistad? ¿Los amigos se cuentan con los dedos de una mano y nos sobran dedos?
Creo que habría que dejar muy claro los sentimientos que les han unido. El truco está en el respeto y que hay límites que nunca se deben sobrepasar.
Cuando éramos pequeños o adolescentes teníamos amigos de ambos sexos y nos podían durar hasta que lo deseáramos… ¿por qué lo complicamos todo con la madurez? Las amistades las elegimos en función a nuestras afinidades, no al sexo al que pertenezcan.

También es cierto que es difícil mantener una amistad entre un hombre y una mujer pues el límite entre el amor, atracción física y la amistad es muy fino y quizás siempre se corre el riesgo de que se despierte la atracción sexual en uno de los miembros o en ambos y entonces ya no es amistad pura.

Pienso que tener un amigo del sexo contrario puede ser muy enriquecedor. ¿Tenemos que renunciar a esa amistad? Creo que no. Siempre y cuando sea un sentimiento de afecto, como el que se puede sentir por un familiar y que esté basado en el respeto, la confianza y apoyo mutuo y de una forma desinteresada. Si comienza a sentir o notar que algo cambia con respecto a la relación, pues es tan sencillo y tan duro como hablarlo.

Por otro lado, si tienes pareja o estás casado….¿se puede ver afectada esa amistad? ¿Tendrá celos tu pareja de ese amigo/a? Posiblemente sí.
Si ya tenía un buen amigo antes de conocer a mi pareja, no hay motivos para que tenga que renunciar a esa amistad. Pero….¿tengo que imponérselo a mi pareja?

 Sin embargo, los que investigan estos temas aseguran que por mucho que nos empeñemos en pensar que “sólo hay amistad”, en realidad, es muy posible que pueda aparecer un romance y lo eche todo al traste.

A veces, por extraño que parezca, un hombre puede entender perfectamente lo que siente una mujer, es más no va por ahí cotilleando lo que le has contado de forma privada. Mientras que, una mujer (y hablo de forma general) lo más seguro es que se entere medio pueblo. Porque sí, así somos muchas mujeres. Tener  un buen amigo/a es un tesoro que hay que conservar.




Para finalizar, yo apunto que la amistad es un vínculo muy especial y que para persona tiene un significado distinto. La palabra amistad se usa con demasiada facilidad desde que aparecieron las redes sociales y muchas veces clasificamos como “amigos” a personas que ni conocemos.

martes, 10 de febrero de 2015

INSATISFACCIÓN SEXUAL: ¿QUÉ HACER?




María me dejó de” piedra” cuando me contó cómo le explicó a su pareja que se quedaba  insatisfecha en sus relaciones sexuales. Yo imaginé que se lo comunicaría de forma oral, es decir cara a cara.  Imaginé que sería clara y concisa, pero no….Ni corta ni perezosa, le escribió una nota y se la dejó junto a buen número de películas porno. “Estoy de guardia toda la noche, en vez de dormir te dejo unos vídeos interesantes en dónde se explica cómo hay que hacerle el amor a una mujer. No disfruto contigo, porque no te preocupas de saber qué me satisface”, le comunicó.
No pude dejar de reír y de llamarla bruta. ¿Por qué no le explicó cara a cara lo que le gusta y lo que no?

Me respondió que si sus gestos no le delataban su insatisfacción sexual ¿qué podía hacer?. María no llega al orgasmo, porque según ella, su pareja va “directa al grano” y olvida los preliminares tan necesarios, sobre todo, para las mujeres. Ésta pareja convive junta aproximadamente un año.
Yo entiendo que una buena relación sexual entre dos personas  debe ser un encuentro satisfactorio para ambos y no que uno de los miembros manifieste sensaciones negativas de enfado, frustración o de tristeza tras acabar la relación amorosa. Lo que a la larga conlleva que esos encuentros íntimos se vayan espaciando hasta que un buen día llega la falta de deseo sexual hacia la pareja.


A muchas mujeres, ya maduras, les corta un poco hacer el amor con la luz encendida o se esconden bajo las sábanas para que la pareja no vea que nuestros senos ya no son tan firmes como cuando teníamos 20 años.  También muchas, por vergüenza o temor, no les comunican a su pareja lo que les da placer o lo que no.  Yo pensaba que esto era lo que le ocurría.

Ante la angustia que tenía mi amiga, me atreví a profundizar un poco más en su problema y le pregunté qué gestos hacía esperando que su pareja se diera por aludido y comprendiera que las “cosas” entre las sábanas no habían ido tan bien como ella esperaba.  Aquí los expongo:
Levantarse de la cama Ipso facto: cuando la relación sexual ha sido satisfactoria para ambas partes, nos apetece acurrucarnos un ratito en los brazos de la pareja y saborear el momento vivido. Pero María se levantaba con cualquier excusa: “voy a ver si cerré bien la puerta”,  le daba igual la empleada. Él se ponía a dormir. ¿Resignado o satisfecho?
Desear que cuanto antes acabe: no le das tiempo ni a quitarse de encima, cuando estás deseándolo. Le recuerdas que hay que madrugar, que mañana tienes muchas cosas que hacer y que es mejor dormir y descansar.
Coger un libro y ponerte a leer o salir a ver televisión: ¿no tienes sueño?, pregunta él. Ella en vez de decirle lo que realmente le sucede, le responde: “no cielo, me he desvelado. Voy un rato a ver la tele” y sale hacia el salón maldiciéndole por dentro.
Callada estoy mejor: cuando has disfrutado del sexo, por muy cansado que estés tienes hasta ganas de bromear o dialogar sobre lo disfrutado. Cuando lo que nos invade siempre es el silencio es porque algo está mal
Poca concentración: si cuando estás practicando sexo con tu pareja, ella o él está como ausente o hace un comentario sobre: “hay que pintar el techo porque hay una mancha!…uffffffffff..¡Algo no anda bien!.
Dicen las estadísticas que casi un 40% de las parejas consideran que su vida sexual puede mejorar. El dicho: “mal de muchos consuelo de tontos” no nos solucionará ningún problema.
 ¿Qué hay que hacer?, pues es tan sencillo y tan difícil como decidirte a hablar con la pareja. Al principio una/o puede sentirse incómoda, pero quizás la pareja no sepa leer tu mente. Hay que admitir nuestro malestar y compartir nuestros sentimientos. Una vez iniciada la conversación y si tu compañero participa, estoy segura que a poco que lo intentéis vuestra vida sexual mejorará. Y si no es así: es tan sencillo como ¡¡¡¡¡¡Cambiar de pareja!!!!