miércoles, 5 de agosto de 2015

SEXO: ¿QUÉ PREFIERES CALIDAD O CANTIDAD?


Hay parejas que mantienen relaciones sexuales una vez por semana; otras varias veces; otras una vez al mes…¿Cual crees que  es una buena relación sexual?
Realmente, creo que lo de la frecuencia no tiene una norma fija. A veces, mucho no es sinónimo de bueno.  Cada pareja es un mundo y creo que el placer se disfruta, no se calcula ni se evalúa como si se tratara de unos exámenes de matemáticas.

Está claro que el número de las relaciones sexuales no tiene porqué estar reñido con la calidad. Tampoco hacerlo de forma frecuente involucra que el acto debe ser corto o que tener sexo de calidad quiera decir que hay que estar muchas horas practicándolo.
Nunca me han gustado las estadísticas, pero vamos a husmear lo que hay por este mundillo online.

Dicen que una vez cada dos días para los menores de 30 años; dos veces a la semana para las personas situadas entre los 30-50 años y una vez a la semana para los mayores de 50 años.
Vamos a seguir con otra estadística realizada por la empresa Durex: la encuesta nos revela que los españoles practicamos el sexo una vez cada cuatro días (90 veces al año); mientras que los franceses tienen una media de 122 coitos al año y los americanos 132…..peor lo tienen los japoneses, pues sólo lo hacen unas 37 veces al año….¡¡¡¡¡¡El que no se consuela es porque no quiere!!!

Estoy convencida que si le preguntas a un hombre, éste te dirá que prefiere sexo a diario, pero ¿las mujeres piensan igual? Nosotras queremos sexo del “bueno” de ese que es recordable y no nos valen muchos coitos a medias.
Pero no siempre llueve a gusto de todos y el problema surge cuando uno de los dos cónyuges no se siente feliz con el número de encuentros sexuales. ¿Qué ocurre? ¿Cómo lo solucionamos?

Está claro que si eres rechazado varias veces por tu pareja, ésta comienza a lanzar indirectas para pedir lo que desea. Y la persona que no quiere sexo percibe esas indirectas (porque no somos tontos) y puede sentir que si les das un abrazo o un beso, quiere decir que hay que practicar sexo en ese momento. El problema es que se corre el riesgo de que ante tanto rechazo, se pierda la motivación y acabe por no volver a pedir sexo, aunque sólo sea por no recibir otra negativa.


Por otro lado, las indirectas pueden generar ansiedad en la persona que no tiene apetito sexual y, quizás, se sienta presionado, lo que puede acabar con tensiones de pareja. Lo mejor es hablar con tu pareja de forma clara sobre lo que te sucede e intentar que no se sienta mal por decir que No. Otra solución es acudir a un especialista.