Hace unos meses cayeron en mis manos dos libros: “Mujeres malas y perversas de la historia”,
de Rosa Mª Santidrian Padilla; y “Guardianas
Nazis”, de Mónica G. Álvarez. Éste último, me impresionó mucho, por la
crueldad de las mujeres nazis.
Casi siempre hemos pensado en la maldad, perversión o
habilidad del hombre para lograr sus objetivos, sin embargo, las mujeres no se
quedan atrás. Se ha dicho muchas veces
que el género femenino era débil, y resulta absurdo creer en eso.
La historia nos ha demostrado que hubo, hay y habrá
mujeres célebres por llegar a ser santas o por ser malignas. A veces la barrera
que separa el bien del mal es tan delgada que la podemos traspasar y hacer un
daño moral y físico irreparable.
El primer asesino de la historia fue Caín, que mató a su
hermano Abel, pero a la mujer siempre se la ha ligado al mal desde su encuentro
con la serpiente en eso que llaman Paraíso. Las mujeres malas no pasan
desapercibidas y pueden ser: astutas, crueles, traicioneras, manipuladoras, sin
corazón, altivas, caprichosas, mentirosas, aunque hoy en día es difícil
catalogarlas.
Las hay en la vida real,
en la literatura, en el cine, televisión o incluso en el cómic.
No debemos olvidar a la mujer “ángel”: que son muy sutiles y, quizás las más peligrosas. En
apariencia son guapas, muy agradables, con maravillosos modales, son melosas
como los gatitos. Dice el libro, que son cínicas, que pueden estar dándote una
puñalada y sonreír a la misma vez. Porque les gusta saborear los frutos de sus
maldades, son escurridizas, ágiles….no se dejan atrapar fácilmente.
Ya lo decía Eurípides: “A menudo un rostro noble esconde maneras sucias”.
Hice un repasito por la historia y os dejo algunas
“prendas de mujer”. No están todas las
que son, pues sería casi interminable la lista.
Mitología: destaca sobre todo la figura de Medea, que no perdona ni olvida. Cometió toda clase de atrocidades
por amor a Jasón, incluso mató a su propio hermano, Absirto, descuartizándolo y
desperdigando sus restos. Incendió su propia casa con sus hijos dentro. Le
comentó a Jasón que era para que comprobara lo que ella sentía cuando la
engañaba con otra mujer.
Agripina (Roma): hermana de Calígula (otro asesino) y madre de Nerón (otro
que tal baila). Agripina amaba el poder e hizo todo lo que estuvo en su mano para lograrlo, también usó su cuerpo. Nada
le importaba. Tuvo sexo con su hermano y se prostituyó en la corte. Mató a su
primer marido; conspiró para asesinar a su hermano y, luego, se deshizo de su
segundo marido, Claudio, que era también su tío. Sus armas favoritas eran el
veneno y contó con la ayuda de la esclava Locusta,
que actuaba como envenenadora de confianza de Agripina y después de Nerón
(recordar que éste envenenó a Británico)
Elizabeth
de Batthory: (Hungría 1560-1614) Llamada la condesa sangrienta, era de alta
cuna y ha pasado a los anales de la historia por haber sido la responsable del
asesinato de más de 600 mujeres jóvenes y vírgenes. Ella estaba obsesionada con la belleza y la
eterna juventud y para ello usaba la sangre de sus jóvenes sirvientas y pupilas
para bañarse en sangre. En aquella época, una mujer de 44 años se acercaba
mucho a la vejez.
Libro Guardianas Nazis: me impresionó cuando lo leí. Creo
que fue la peor maquinaria de guerra que usó Hitler. El libro de Mónica G,
Álvarez, periodista y escritora, sacó a la luz lo que nunca se había hablado
antes y con claridad. Mucho se escribió, publicó e incluso ha sido llevado
muchas veces al cine o TV, sobre los crímenes vinculados a los nazis, sobre
todo de hombres. Pero, ayssssssss… las mujeres no se quedaron atrás. ¿Pensábamos
que se dedicaban a parir niños puros y rubios que mejorarían la raza aria? Pues
hubieron muchas mujeres malas y perversas que realizaban actos que nos dejarían
muertos del pasmo.
Mónica, explicaba
en una de sus muchas entrevistas, que: “En verdad, las guardianas fueron
adoctrinadas para vejar, maltratar, humillar, fustigar, seleccionar y matar
prisioneros. Lo mismo les daba un hombre, mujer, anciano o un niño. Sus
superiores sabían lo que hacían, e incluso el mismo Hitler. Eran mujeres
normales con una sencilla vida, pero con una especial fascinación por impartir
sufrimiento ajeno. Les encantaba machacar psicológicamente y físicamente a los
prisioneros con el único fin de sentirse ellas superiores. Nadie puso remedio
por parar a estas bestias asesinas. La mayoría murieron en la horca”.
Irma Grese “El ángel de Auschwitz” (Alemania). Fue
supervisora de prisioneros de los campos de concentración de Auschwitz-Birkenau,
Bergen-Belsen y Ravensbruck, durante la II Guerra Mundial. Irma era conocida
por dejar que los perros hambrientos y furiosos se lanzaran encima de las presas
para devorarlas. Asesinar internas a tiros y a sangre fría, torturar a niños,
abusos sexuales y palizas sádicas con un látigo trenzado hasta provocar la
muerte de las víctimas, era un deporte diario. En el juicio de Bergen-Belsen fue condenada a
la horca a los 22 años. Fue ejecutada en Hamelín (Alemania) en diciembre de
1945
Australia: Katherine Knight (1955) . La primera
mujer australiana en ser condenada a cadena perpetúa sin libertad condicional.
Knight tenía un largo historial de fracasos amorosos infernales. Katherine, de 50 años, trabajaba en un
matadero, por lo que sabía manejar los cuchillos o machetes. Incluso tenía una
buena reputación entre sus vecinos a la hora de cortar la cabeza a los cerdos.
Es madre de cuatro hijos (de dos relaciones distintas). El 29 de febrero de
2002, asestó 37 puñaladas a su compañero sentimental. Tras matarlo, despellejó
su cuerpo y colgó la piel a la entrada de la casa. Le cortó la cabeza y
distintas partes del cuerpo y todo ello lo metió en una olla con verduras para
que esa noche cenaran sus hijos. Supuestamente, la policía llegó al domicilio
antes de que los hijos se comieran el guiso.
Encarnación Jiménez (España.
Nacida en 1974) Condenada a cadena perpetua por el asesinato de tres mujeres
ancianas y, por el robo a otras diez. Ella las asesinaba sin piedad, primero
las golpeaba brutalmente y, después la asfixiaba con un alambre.
Remedios Sánchez (España. Nacida en 1957): La
Audiencia de Barcelona condenó a la cocinera 144 años por asesinar a tres
ancianas para robarlas y atacar a otras
siete en Barcelona y en apenas 24 días Según el Código Penal, no podrá cumplir
más de 25 años de cárcel. También fue
condenada por siete robos con violencia y hurto.
Margarita Sánchez Gutiérrez (España. Nacida en 1953).
Conocida como la “Viuda negra de Barcelona”, envenenó a 4 personas y lo intentó
con otras 3 más, entre agosto de 1992 y junio de 1995. Ella ponía el veneno en
la comida u bebida de sus víctimas. El
juicio deparó sorpresas, pues la sentencia la condenó a 34 años de cárcel por
tres delitos de lesiones, otros de robo con violencia y un delito de falsedad.
Todas eran personas próximas a su entorno y familiares. Fue absuelta de los
asesinatos al no detectarse casos de muerte por cianamida. Su hija, que tenía
por entonces 16 años, fue acusada de lesiones, robo con violencia y falsedad.
Fue ingresada en un Centro de Menores de Cataluña.